martes, 2 de febrero de 2010

Chet Baker en Quarteira



















Basta echar un simple vistazo a estas fotos, para darse cuenta de que en Quarteira, el jazz parece no gozar de buena salud.
Estamos en un JAZZ-BAR que parece abandonado y que se  muere poco a poco... 

Allá arriba, el cielo llora 
y desde el cartel que se mece a ritmo de viento marinero, Chet Baker no para de tocar su trompeta;
pero nadie parece escucharle... 

El viento sigue soplando con fuerza
y se cuela por  las rendijas del suelo. 
El piso de tablas resecas por la brisa salada del mar, vibra y retumba,
como si fuese el parche de un tambor  golpeado por las baquetas de Elvin Jones... 

Arriba,  el aire se pasea silbando por ese espacio vacío y entrópico 
pareciendo imitar el sonido libertario del saxo de Ornette Coleman

El sonido de los truenos, de los rayos,  de la lluvia y la tormenta siguen entrando poderosos desde el cielo y el Atlantico para acompañarles.

¿Es posible  que el espíritu del jazz siga acudiendo a ese lugar moribundo?

No lo sabemos; pero el mobiliario, triste y descolorido, amontonado y encadenado a un rincón, permanece  indiferente a una música que no logra sacarles de su ociosa existencia...

Mientras tanto,
la lluvia sigue cayendo,
la trompeta sigue llamando;
 y nosotros estamos ahí
... solitos

©Jano Lopomo

NOTA:
Quarteira es un bello pueblo pesquero del Algarve portugués.
Fotos: Kay Corbally / Quarteira, Portugal